Al este de la diminuta Barbados, la antigua perla inglesa en el mar Caribe, se encuentra la parroquia de St. John. Es una de las más desfavorecidas de las 11 que componen una isla con una gran cantidad de clase media, sobre todo compa- rada con el resto de su región. Allí, entre sus 9,000 habitantes, está la última concentración de las pruebas vivientes de una curiosidad demográfica. Una realidad que cuestiona la narrativa nacional de Barbados, que como la del resto del Caribe anglófono, está formada por blancos ricos herederos del sistema plantócrata y pobres negros y mulatos descendientes de esclavos.
El principal acceso en carretera es una auténtica cuesta del infierno para la suspensión del vehículo y sus amortiguadores. Es necesario detener la marcha a casi dos kilómetros por hora y, tras haber evaluado bien el firme y sus decenas de baches y socavones, levantar la cabeza para ver por encima del capó e ir tratando de esquivarlos para que el coche sufra lo menos posible. Tampoco ayuda que sea esta zona, junto con una pequeña parte del centro, la única elevada en la extraordinariamente plana Barbados, formada por sedimentos de coral y no de origen volcánico, como las demás Antillas Menores.
Mantener asi el medio ambiente es muy importante, que mal que Trump no crea en el calentamiento Global
ResponderBorraresta muy verde la imagen
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